Nervios

Un ramo de fresias me había llegado a la oficina, que raro, ¿no? pensaba, pero tenía una linda tarjeta, aunque no tanto como las palabras que ella traía.

"Por un Hermoso Fin de Semana Lleno de Amor... Gracias por Dejarme Estar"

Ese perfume estaba llenando cada rincón y yo mirando la foto que tenía de fondo de escritorio, asi el tiempo lejos suyo pasaba mas rápido.
Mañana va a ser un día pesado en la redacción, cierre del trabajo semanal para ya mandar a imprenta, asi que a aprovechar el tiempo para hacer cosas que habitualmente no logro hacer por razones de tiempo.

Era tan feliz viendo las flores sobre mi escritorio que no podía comprender que era lo que había hecho para merecer que tantas cosas buenas me pasaran y mientras mas pensaba menos sacaba en concreto.
Hasta que en un momento sonó un sms y ahí estaba mi caramelito para preguntarme que tenia ganas de cenar, ya que tenía pensada una gran noche.
Obvio que yo le conteste que prefería la sorpresa, ya que a la salida del trabajo me pasaría a buscar para ir a su casa, asi que mil nervios ademas de los habituales se adueñaron de mi.
Las manos estaban muy frías, tanto las de el como las mías, a lo que yo comenté si estaba nervioso, porque yo si lo estaba; a lo que el dijo: "que cuando se ponen las manos frias es señal de querer huir, por eso se ponen frías porque toda la sangre va hacia los pies y lo que menos queria el era eso, el queria hacerme sentir princesa, queria que yo supiera que todo lo que el dice es cierto".

Lo adoraba desde el fondo de mi alma y quería que el lo supiera, quería demostrarle que el mundo había dejado de girar en el instante en que apareció en mi vida y que voy a seguir diciendole "te quiero" hasta quedarme sin voz y aun después voy a buscar las formas de ingeniarmelas para que el lo sepa.

Mi mundo ya no era mío, era nuestro y los sueños compartidos con el ser mas tierno que existía... ¿acaso podría pedir mas?